miércoles, 15 de junio de 2016

Dramatiza cuando leas a tu hijo

En primer lugar recuerda, nunca dejaré de insistir, que en la medida en que consigas que a tu hijo le agrade leer, en esa medida irá comprendiendo lo que lee y, también, en esa misma medida tendrás asegurado el éxito escolar de tu hijo. Si consigues formar a tu hijo como lector tiene no el doble, ni el triple, ni el cuádruple, sino diez o veinte veces más probabilidades de terminar una carrera, de leer textos formativos y de ser una persona de bien.
Ahora bien... si vas a leer un cuento a tu hijo, sobre todo si es un niño de menos de ocho años, no leas como si estuvieras rindiendo un informe de tus actividades a tu jefe. La lectura de cuentos para niños debe llevar una fuerte carga de emoción. Es necesario que tu hijo "vea" y "oiga" no a ti, que le estás leyendo, sino a los personajes del cuento que le lees. Sólo de esa forma podrá involucrarse con la lectura, comprender los sentimientos y las acciones de los personajes, lo cual es indispensable para que adquiera el gusto por la lectura.
Por ello, cuando leas a tu hijo un cuento dale entonación a la narración, haz pausas que aporten un poco de suspenso, grita, gime y "llora" cuando el personaje del cuento lo haga, realiza exclamaciones de alegría, susurra o habla con sarcasmo. ¿Que cómo hacer eso, si no eres actor? No es nada difícil, para ello no leas mecánicamente pensando en otra cosa, si esperas que tu hijo "se meta" en el cuento, tendrás que meterte tú también. Imagina cómo se sentiría el personaje si le pasara lo que dice el cuento, o cómo tendría que actuar para lograr los fines que el cuento dice que quiere lograr. Si el personaje corre o brinca, si se esconde, ojalá te sea posible actuarlo un poco, actuarlo con tu hijo. Te garantizo que se divertirá.
Sí, yo sé que tienes muchas cosas en qué pensar, mucho trabajo, muchos problemas como para estar "perdiendo el tiempo" con cuentitos para niños. Pero, ¿sabes algo?, puedes aprovechar la lectura de cuentos con tu hijo para distraerte un poco, gozar divirtiéndote con él/ella, y volver después a tus problemas con más energías, más imaginación y más posibilidades de resolverlos. ¡Haz de la lectura de cuentos un momento inolvidable para tu hijo, y de paso también para ti!