No es fácil, pero tampoco es tan difícil, y los beneficios (para ellos y para ti) serán enormes.
Es que es necesario, indispensable, como parte de la educación que das a tus hijos, hacerlos conscientes de que en casa todos somos equipo, de que ni papá ni mamá son sirvientes, y de que aun en caso de tener una persona de servicio doméstico, el ayudar un poco no les quita nada.
Es importantísimo enseñar a los niños y adolescentes a ser considerados contigo; sólo si saben lo que cuesta barrer, o lavar los trastos, o limpiar los muebles, aprenderán a ser cuidadosos para no ensuciar de más.
¿Cómo hacerlo?
Bueno, en primer lugar, asígnales tareas acordes con su edad.
En segundo lugar, no esperes que a la primera lo hagan perfectamente bien, acepta que son niños y por lo tanto, tienen limitaciones.
En tercer lugar, cuando no te guste cómo hicieron lo que les pediste, ¡no te atrevas a regañarlos por ello!, ¡y mucho menos a volver a hacerlo tú mientras los regañas! Tampoco es buena idea hacer que lo repitan una y otra vez hasta que salga bien, conseguirías que vieran la ayuda en casa como un castigo, y es lo peor que te puede pasar.
Pero tienes dos opciones aceptables, una más que otra.
La mejor, repítanlo juntos, hazlo con él explicando la mejor forma de hacerlo: cómo recoger la basura, cómo enjuagar bien un trapo o una jerga, cómo doblar bien la ropa.
La menos buena, si no tienes tiempo de hacer lo anterior: repite tú el quehacer incompleto, pero asegúrate de que tu hijo no te vea; espera a que esté dormido o no esté en casa, pues lo harías sentirse inútil.
Y algo muy importante, por si eres de las pocas personas que todavía piensan que los quehaceres domésticos son “cosa de mujeres”, bueno, no es así. Actualmente las mujeres y los hombres debemos colaborar por igual en las tareas de casa, si queremos que nuestra vida cotidiana sea confortable para todos. Y la única forma de que los hijos varones lo aprendan es haciéndolo. Ojalá puedan ver a papá colaborar en ello, pero si no es posible (por el motivo que sea), entonces mamá debe pedir su ayuda y explicar que, si todos ayudan, el hogar será más confortable y su mamá, menos cansada, estará de mejor humor y tendrá tiempo para ellos.
Créeme, tus hijos y sus parejas en el futuro te lo van a agradecer.
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